viernes, 30 de agosto de 2013

PRESA

Los demás niños me miran, pero no me ven, salvo cuando vienen a robarme el bocadillo o simplemente a divertirse un poco pegándome. Ayer me obligaron a tragarme dos moscas. -¡Este mierda, es todo un gourmet!- Exclamó Pedro. Es el mayor de todos, y el peor, tiene trece años. La verdad es que me extrañó que conociera esa palabra, “gourmet” porque es un descerebrado, probablemente la aprendió hace poco y estaba deseando poder utilizarla. Yo solo tengo nueve años, pero me gusta leer, la profesora dice que tengo mucho vocabulario, a veces lo dice en clase, delante de todos. Ese día tengo la paliza asegurada, no hay apelación, ni juzgados, tan solo una tácita sentencia.
Pedro murió de sobredosis a los veinticinco años, le encontraron tirado en la calle sobre un charco de su propio vómito. Me enteré el mismo día de mi orla.

Sé que debería decir que lo sentí, que todo había sido perdonado, que a mí me esperaba un futuro prometedor mientras que él había muerto. La verdad del asunto es que ese día tuve una razón más para celebrarlo.

martes, 27 de agosto de 2013

SE ACABARON MIS VACACIONES, EMPIEZAN MIS TRIBULACIONES

Pues eso, ya termino mi período de asueto y vuelvo a la carga con el blog y con renovadas ilusiones a pesar de lo que los expertos opinan acerca de las novelas de los “autores menores”.
Tratando de sacar el mejor partido a la escasa difusión de mi novela estuve leyendo acerca del tema y haciéndome una idea de lo que opinan los expertos de marketing sobre el asunto, y saqué varias conclusiones.
1)      El Gran Hermano nos observa…y nos manda: al parecer el 90% de los lectores leen lo que las grandes editoriales les ordenan leer a base de la táctica del bombardeo por saturación de publicidad.
En otras palabras que los éxitos inesperados no existen. Personalmente creo que esto no es del todo cierto, aunque el porcentaje sea nimio.

2)      Los nichos de venta: Las editoriales pequeñas no tienen la difusión adecuada por lo que el 100% de la publicidad la lleva a cabo el autor y en su mayoría se realiza por internet (las circunstancias económicas mandan). Esto hace que la venta se auto limite en lo que se vienen a llamar nichos de venta, es decir; que una vez que ese mínimo porcentaje de lectores, amigos, amigos de amigos, familiares, gente que no gusta de leer best seller, lectores que buscan algo diferente, etc… la venta se detiene.
Aquí sí que estoy más de acuerdo, la publicidad es un monstruo muy poderoso para combatirlo solo con la constancia.

3)      El factor probabilístico: Esto ya es para morirse. Tengo más posibilidades de que me parta un rayo o de que me toque la primitiva, que de que el libro se convierta en un best seller con los factores publicitarios de los que dispongo.
Pues muy mal, porque esta era mi última baza para hacerme millonario.

Y dicho esto, y en un alarde de sinceridad os diré que mi objetivo principal es que mi novela se lea lo máximo posible y no ya por una cuestión económica, eso sería ya la repera, que te paguen por hacer lo que más te gusta.
La verdad es que no sé si se trata de una cuestión de ego (espero que no), pero el otro día vi por casualidad como una desconocida sostenía mi novela entre sus manos, enfrascada en su lectura, y os aseguro que es una sensación increíble, cómo si el mundo pudiera echar un vistazo a una parte de ti mismo que normalmente permanece oculta, a ese intrincado laberinto que conforma nuestro ser, por esa sensación merece la pena seguir luchando.


Saludos a todos al filo del Laberinto.