Es de noche y los juzgados están tan desiertos como una
estación abandonada .La espero desde hace tanto tiempo, que parece que no he
hecho otra cosa en la vida.
Pero ella no volverá.
Siempre había querido
ser abogado, y no por la promesa de una abultada nómina. Ya cuando estudiaba la
carrera, sentía que disfrutaría con cada querella, con cada demanda, pero sobre
todo con la Justicia. En aquellos días, podía
sentirla en cada uno de los pasillos y salas de los juzgados, ejerciendo su
ciego, pero imparcial arbitraje, sentía su aliento cálido y vigorizante. ¿Qué
ha ocurrido? ¿En que momento dejé de sentirla?
Ahora vuelvo cada noche a los lugares donde ella solía
habitar, la busco y la añoró, pero no la encuentro, la crisis y los oscuros
vericuetos de la política la mantienen prisionera, sólo deseo que aun esté
viva, en alguna parte.
Yo sólo puedo continuar buscándola, esperándola, pero mucho
me temo que ella…no volverá.
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