Actualmente no puedes
ir por ahí diciendo que eres un brujo sin que te tomen por loco, así que decidí
hacerme abogado, a fin de cuentas ya estaba acostumbrado a consultar gruesos y
polvorientos volúmenes y la toga se parece mucho a mi túnica arcana.
Mientras estudio la providencia de mi último señalamiento,
no puedo evitar mirar de reojo el paño púrpura que cubre el cubo de cristal
de “Astharot,
El Auríspice”.
Al fin, sucumbo a la tentación, retiro el paño y echo un
vistazo.
No hay de que preocuparse, mi cliente obtendrá la
absolución, el cubo vidente no miente jamás.
Me sonrío mientras pienso que, al fin y al cabo, no está tan
mal ser un “mago-abogado” en estos tiempos.
Pregúntale a tú colega Asthathot por la cláusula suelo de mi hipoteca. Jajaja.
ResponderEliminarMe gustan estos microrelatos. casi no había leído ninguno antes de los tuyos pero amenazan la mañana.
Un saludo
Je,je..Ojalá fuera tan fácil.
ResponderEliminarMe alegro que te gusten Yeray, son un ejercicio de economía lingüística, ya que tienes que contar una historia en unos pocos párrafos.
P.D. Espero que lo de "amenazan" sea en realidad amenizan, porque si no me deprimo XD.
Amenizan, amenizan. Cosas de escribir con el móvil y su estupendo autocorrector (ironía xD).
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