viernes, 3 de mayo de 2013

A QUIEN PUEDA INTERESAR. LA REINA DE CORAZONES

Reggie,  la voluptuosa adivina representa, obviamente, a la Reina de corazones.
En la novela de Carroll la Reina de corazones era una monarca cruel y desquiciada al mando de un ejército de cartas que ejercían con mano férrea, su voluntad, que no era otra que decapitar a todo aquel que no le agradara, y ya si se te ocurría robar una tarta, para que les voy a contar. Ni que decir tiene que la monarquía británica no se tomó muy bien esta pequeña broma, pero esa es otra cuestión.
En mi novela Reggie, diminutivo de Regina, o sea reina, es una mujer bastante más amable, pero mucho más enigmática, al igual que en la novela de Carroll su ejército son las cartas, en este caso las del Tarot y si bien es cierto que debe jugar al juego de Dogson, tiene un margen de maniobra. En este sentido a Reggie le pasa como a la Casandra de la mitología  griega, que pude hacer vaticinios, pero está condenada a que nadie le crea, tanto es así, que a punto estuvo de llamarse Casandra, pero finalmente me decanté por  Reggie, sobre todo porque creo que ese mito ya se explota bastante en la figura de Delacroix, que es incapaz de creer en sus propias visiones, aunque sabe que son ciertas, de hecho Delacroix sabe que lo que le dice la adivina es cierto, pero no quiere ni puede creerlo, porque el verdadero dilema que le mueve es el hecho de no saber realmente quien es él.
Por último Reggie tiene esa especie de atracción animal, que ejerce sobre sus “clientes”, es la forma que tiene de acceder a su corazón, (por algo es la reina de corazones) de una manera ciertamente primitiva, pero no por ello menos efectiva.
Cuando Delacroix se  encuentra con Dogson, este le dice acerca de Reggie que “es una mujer que haría perder la cabeza a cualquiera”. Ese es mi guiño particular al famoso; ¡Que le corten la cabezaaaaa!
Un saludo, al  filo del  Laberinto.

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