jueves, 23 de mayo de 2013

JUSTICIA POÉTICA

Aquel asunto de la malversación de fondos me dio mala espina desde el principio. Estaba  seguro que involucraría a más de un político, aunque como abogado no podía rechazarlo. Había  despertado mucho morbo en los medios, pero lo que realmente me importaba era hacer cumplir la ley, o eso creo recordar, ya saben ustedes que la memoria es caprichosa.
Ahora, aunque ya no estoy sujeto a jurisdicciones, sanciones o multas, sigo empeñado en que se haga justicia, así que debe ser verdad que la buscaba, o tal vez es que simplemente soy terco ¿vaya usted a saber?
Yo tenía razón, había políticos implicados. Lo que no sabía es que el hombre que me mando matar, sería el juez que al día siguiente presidiría la sala. Paradojas de la vida.
No sé que demonios hacía aquella noche en los pasillos del juzgado aquel cabrito, nada bueno seguro, pero lo interesante del asunto es que al verme, le falló el corazón. ¿Justicia poética?  No estoy seguro, cada día que pasa mis recuerdos se disipan, más y más como la bruma en un día ventoso, así que continúo vagando por los pasillos del juzgado, hasta que…bueno, no sé hasta cuando, pero mientras lo hago pienso, no sin cierta tristeza, que he tenido más éxito como espectro que como abogado.


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